sábado, 14 de diciembre de 2013

"Como de costumbre" de Belén de Sebastián

Empiezo a sentir un escalofrío que me recorre todo el cuerpo. Sí, es la típica mañana de invierno en la que no hay persona que sea capaz de sacarte de la cama, pero tengo un presentimiento y no es bueno. Me levanto de la cama solo por curiosidad de ver qué me deparaba hoy el día. Voy a la cocina y abro la nevera, no hay nada; me quedo mirando la nevera durante un rato. No sabia qué pensar. Como de costumbre si no hay comida en casa me subo al Día, a comprarme algo. Me pongo lo primero que pillo, cojo el móvil, las llaves y me voy. Estoy llegando al Día y no he visto ningún coche ni ninguna persona, y esto me empieza a asustar.
Llego al Día y está cerrado. De repente empiezo a sentir cómo se empieza a tambalear el mundo; cierro los ojos durante un segundo, y cuando los vuelvo a abrir, veo ahí delante de mí a mi madre intentando despertarme todas las mañanas para ir al colegio. Como de costumbre.

"Odio de amor" de Belén de Sebastián

Hola; solo quería decirte que odio cada vez que hablamos y tardas tanto en contestar; odio que  esa simpatía que tienes conmigo la tengas con todas; odio todos tus te quiero que yo me creía como una tonta; odio esa manera de ser tuya que enamora a todas; odio esos ojos los cuales me han hecho llorar tanto; odio esa sonrisa perfecta la cual te hace creer que todo va bien, que nadie me va hacer daño que se que tu me protegerás, pero llega ese día, ese día, en el que el destino decide separarnos, por distintos motivos, ese día en el que pasas de estar de genial, a estar más que mal, ese día es el que te parece el fin del mundo, te hundes... te hundes demasiado y sientes que vas a tardar en salir de tan bajo, en verdad no te odio, me odio a mí por quererte tanto.

domingo, 1 de diciembre de 2013

"Hola. Te he traído flores" de Ana Baratas

   Era una tarde como otra cualquiera, el típico domingo un tanto nublado, al igual que mi cabeza. Me encontraba sola para un lugar tan grande aunque tampoco solía venir mucha gente. Siempre encontraba hueco para él, para venir a verle. Afuera el tráfico y el ruido quedaba amortiguado por mis pensamientos, tantos nombres escritos en piedra me confundían. Después de todo lo que había pasado en estos últimos días era inevitable pensar que se había ido, que nunca volvería a verle. Ya no había motivo alguno para preocuparse, mi conciencia estaba tranquila. Me fue imposible no mirar allí arriba, mis ojos se volvieron húmedos como el ambiente, pero no serviría de nada, no iba a volver, era perder el tiempo. Tarde o temprano nos damos cuenta de que no todo es como nosotros queremos, más de uno desearía no estar allí pero la vida es así de cruel con todos, al fin y al cabo no podemos elegir. ¿La suerte? Demasiada fe puse en ella. El saber que él siempre estuvo ahí solo hacía que doliera más, necesitaba su ayuda para seguir adelante. Mientras haya vida hay esperanza, sí, pero hay ocasiones en las que esta toma decisiones por sí sola, y como bien dicen, el mayor dolor fue y será siempre no poder dar amor a quien se ama, y con más razón si no está a tu alcance.

"El viaje" de Juan Francisco Martín Nieto

Viernes 15 de marzo de 2013
Llevo 5 años estudiando para conseguir dominar un nuevo idioma. Creo que después de mucho esfuerzo y horas de dedicación lo domino y ya es hora de ponerlo en práctica. Anoche les expliqué a mis padres cuales eran mis planes y han accedido a pagarme ese viaje. No andamos sobrados pero entienden que es necesario para mi futuro y me van a ayudar. Voy a aprovechar para escribir este pequeño diario y así practicaré un poco esta nueva lengua. La verdad es que escribir me da mucha pereza y más teniendo en cuenta el poco tiempo que tengo libre, sin embargo me he propuesto escribir al menos una vez al mes.

Sábado 6 de abril de 2013
Por fin he podido apuntarme a ese viaje. Estoy deseando salir. Todos me han contado lo hermoso que es el lugar al vamos a ir. Todo es tan diferente, tan excitante. Por fin voy a poder comprobar si todo lo que he visto por televisión es cierto, si todo es como me lo han contado, si mis esperanzas se van a convertir en la realidad que tanto anhelo. Ese sueño anida en mí desde que un verano, mi tío que vive en ese país desde hace más de 10 años, volvió a pasar sus vacaciones con nosotros. Todas las noches en nuestra casa cerca del mar salíamos al patio y con los sentidos embotados por el sonido de las olas y el  olor a salitre, escuchábamos sus historias maravillosas. Desde entonces todas las noches he soñado despierto con protagonizar esas historias y he fantaseado con poder viajar a ese país.

Domingo 5 de mayo de 2013
Mañana tengo que salir de casa a las cinco de la mañana. No lo voy a negar, estoy muy nervioso, no puedo dormir y por eso aprovecho para escribir estas líneas. Salimos en barco y aunque para mi familia es caro, la verdad es que no podemos quejarnos ya que se trata de un billete barato en comparación con lo que han pagado otros amigos míos. Nos permiten un solo bulto de equipaje y sus dimensiones son reducidas por lo que he estado varios días decidiendo lo que me voy a llevar. He optado por mi vieja mochila y en ella he puesto lo justo para no llevarla demasiado cargada.
He ido a casa de mis tíos, mis abuelos y me he despedido de toda mi familia. La verdad es que volveré en breve, pero es la primera vez que me separo de todos ellos. Tengo 15 años y todavía no he salido de mi pueblo, bueno alguna vez he ido a la capital con mi padre, pero esto no cuenta. Mis abuelos me han dado varios consejos y la hermana de mi madre me ha dado algo de dinero que no le sobra. Tengo una familia estupenda y espero poder ayudarles a ellos algún día. Lo más triste ha sido la despedida de mis hermanos, hemos llorado todos y mis padres también. En unas horas mi padre me acompañará.

Lunes 6 de mayo de 2013
Ya he embarcado, en el barco no conozco a casi nadie pero he visto algún rostro que también mostraba signos de inseguridad. Hace mala mar y aunque somos de un pueblo costero, hay algunos como yo que todavía no saben nadar.
La cosa se está poniendo muy fea y la gente muy nerviosa. Papá, Mamá os quiero mucho. Gracias por todo.

Salvo estas dos últimas líneas, podría parecer el diario de un niño de mi edad que se va de viaje para practicar Inglés o cualquier otro idioma. Por desgracia no es así.
Este verano pasado una amigo mío de San Roque (Cádiz) me enseñó estas dos hojas de un cuaderno. Su padre es tripulante de una embarcación de salvamento marítimo. Una de las muchas pateras con subsaharianos que tratan de alcanzar cada día nuestras costas volcó. Solo sobrevivieron trece personas que comentaron que eran unos 40 en la patera. Algunos de los cuerpos de los que se ahogaron fueron rescatados, otros fueron devueltos a nuestras orillas y otros habrán sido tragados en la inmensidad del estrecho y no aparecerán jamás. Esta es la tragedia diaria en la que termina las ilusiones y los anhelos de una vida mejor de muchas personas. Ellos no son conscientes de esa realidad, tan solo ven los emigrantes que han tenido suerte y vuelven como lo hizo el tío del niño de mi edad que escribió estas líneas. En cuanto a los demás, aunque hayan desaparecido,  suponen que regresarán cuando hagan fortuna.

 Uno de los cuerpos rescatados era el Abdder Farrhid y en su vieja mochila encontraron este cuaderno del que el padre de mi amigo fotocopió algunas hojas escritas en castellano. Tenía 15 años como yo, los mismos anhelos, las mismas esperanzas de una vida mejor pero sus sueños se truncaron. La vida no es tan fácil allí y nosotros que tenemos mucho que agradecer sólo estamos pensando en un móvil nuevo, en  muchos derechos, pocas obligaciones y una vida basada en la diversión, materialismo y poco más. Yo podría haber nacido en Mauritania como él y haber tenido el mismo destino. A mí me hizo reflexionar, espero que a vosotros también. Esa historia podría haber sido la nuestra.

"Campamento de Navidad. Parte 4" de Enilio Álvarez

En aquel momento todos sabíamos que no llegaríamos a tiempo al campamento, así que nos introducimos en el agujero con Jano, aquello parecía el inicio de una galería y lo más seguro era que condujese al dinero.
Comenzamos a avanzar por la galería subterránea y nos encontramos con una pared que nos cortaba el paso. Lucía vio una nota en el suelo que ponía: “Muy valiente eres si has llegado hasta aquí pero algo a cambio me debes de dar para seguir”. Nos quedamos sin habla; ¿a qué se refería esa nota? ¿Qué deberíamos pagar?
En la ceremonia de más tarde ninguno de los niños apareció; todo parecía indicar que volverían más tarde, pero nadie volvió los monitores se empezaron a preocupar y fueron a las habitaciones para ver que había y lo único que encontraron fue una carta que ponía: “pronto regresaremos”.